E
l parto es un proceso muy importante que indica el final del embarazo, y es uno de los motivos de ansiedad más comunes entre las mujeres embarazadas. Al comprender mejor el acontecimiento que se avecina, puedes recuperar la sensación de control sobre el proceso.

Hay dos tipos de parto: el parto vaginal y la cesárea. Dependiendo de ciertas circunstancias y del progreso del parto, se puede recomendar cualquiera de las dos variantes.

Este tipo de parto consta de tres etapas: la primera etapa (fases primera, activa y de transición), la segunda etapa (parto del bebé) y la tercera etapa (parto de la placenta).

La primera fase del parto dura hasta 20 horas. Durante esta fase, las contracciones pueden presentarse cada 5–30 minutos y tener una duración de 30–45 segundos. Muchos profesionales de la salud aconsejarán a sus pacientes que se queden en casa durante las primeras fases del parto, que controlen la evolución de los síntomas, que se relajen y que se concentren en su respiración para superar una contracción mientras están en casa.

La fase activa del parto comenzará cuando las contracciones sean regulares y duren 45–60 segundos cada 3–5 minutos. Esta etapa del parto suele durar 1–7 horas. Por lo general, el parto activo señala el momento de ir al hospital, ya que las contracciones se van intensificando en preparación para el parto.

Tu profesional de la salud puede sugerirte que vayas al hospital antes si experimentas síntomas como sangrado, dolor abdominal intenso, reducción de los movimientos fetales o si rompes aguas. Si se presentan las contracciones y estás de menos de 37 semanas, también se te aconsejará que vayas al hospital para asegurarte de que todo está bien.

Fase de transición. Esta es la fase final de la primera etapa del parto. Durante esta fase, el cuello uterino se dilata hasta 10 centímetros (4 pulgadas), la cabeza del bebé (o las nalgas, si es el caso) desciende y se siente la necesidad de empujar.

De media, esta etapa suele durar de 30 minutos a 3 horas. La duración varía en cada parto, pero tiende a ser más larga en el caso de las madres primerizas y de las mujeres a las que se les ofrece anestesia epidural.

El paso más notable durante esta etapa es la salida de la cabeza del bebé. Llegado este momento se puede realizar un corte perineal (episiotomía) en ciertos casos. Tras esto, el cuerpo del bebé suele salir bastante rápido. Los médicos cortarán el cordón umbilical, ayudarán a despejar las vías respiratorias del bebé, si es necesario, y harán todas las pruebas pertinentes.

Por lo general, podrás descansar, saludar a tu bebé o incluso iniciar el contacto piel a piel, y solo entonces pasar a la etapa final del parto: la expulsión de la placenta.

Una vez que ha nacido el bebé, comienza la tercera etapa del parto: el parto de la placenta. Normalmente se tarda unos 30 minutos en expulsar la placenta.

El médico comprobará el tamaño, consistencia, forma e integridad de la placenta. La revisarán por ambos lados, y también comprobarán la manera en la que está unido el cordón umbilical. Esta revisión aporta información acerca del embarazo y ayuda a los médicos a gestionar sus cuidados, tanto para ti como para tu bebé.

Después del parto de la placenta, el médico examinará el útero, la vagina y el perineo para detectar hemorragias y desgarros, y solucionarlos, de haberlos.

Después de todo esto, habrá llegado el momento de descansar, dormir y comer para ayudarte a recuperar fuerzas, dar lactancia y empezar a cuidar de tu bebé.

Una cesárea es una operación en la que el bebé se extrae del cuerpo de la madre a través del abdomen. Por lo general, este procedimiento se planifica con antelación, así que deberías ir al hospital materno el día indicado. No obstante, a veces puede realizarse debido a circunstancias de emergencia.

  • Placenta previa o desprendimiento de placenta.
  • Un desajuste entre el tamaño del feto y la pelvis de la madre.
  • Reclusión fetal transversal (cuando el bebé está recostado de lado en el útero) o presentación de nalgas.
  • Cesáreas reiteradas en el pasado.

El útero permanece ensanchado durante algún tiempo después de dar a luz, pero con el tiempo volverá prácticamente al tamaño que tenía antes del embarazo. El parto vaginal y la lactancia aceleran este proceso.

Las contracciones del músculo uterino son estimuladas por la oxitocina, una hormona liberada durante la lactancia. De ahí que el proceso de lactancia pueda causar dolor en la parte baja del abdomen.

El parto es seguido por los loquios: un flujo compuesto de sangre, mucosidad y tejido uterino. La capa interna del útero se curará completamente de 6–8 semanas después de dar a luz.

Referencias

  • https://www.ebcog.org/post/2018/01/12/ebcog-position-statement-on-caesarean-section-in-europe
  • https://emedicine.medscape.com/article/263424-overview
  • https://www.nice.org.uk/guidance/cg132
  • http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0006/277737/Cesarean-Section-or-Vaginal-Delivery-in-the-21st-Century.pdf
  • https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/labor-and-delivery/in-depth/stages-of-labor/art-20046545
  • https://www.nichd.nih.gov/health/topics/labor-delivery/topicinfo/stages